sábado, 27 de marzo de 2010

Al amor de ésta y otras vidas.

Alucino entre tus brazos en la perenne conquista del amor. Se hace posible el bienestar en la analogía completa de la existencia, con los recuerdos que traemos de otras vidas. Antagónico resultante de creencias que ni siquiera nos pertenecen, busco dentro de mí un pesar que me hayas causado y no lo encuentro.
Te amo… sigue así. Sigue con tu buen humor tendiéndome la trampa para luego caer en tus brazos, ya sin remedio, ya en un suspiro.
Cautívame con tu voz en mi oído al pasar por detrás de mí en el pasillo.
Sigue con tu mirada de niño adolescente, en conquistas resultantes de poéticas figuras.
Y al dormirme entre tus brazos, sin mas aliento que tu respiración, sueño un sueño de nostálgicas imágenes de cartón, similares al pasado, cuando el sol estaba del otro lado y nuestras almas asumían el compromiso de reencontrarse en esta vida y cumplir así con el mas bello mandato del amor.

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