A solas conmigo
Estando en penumbras y a solas entiendes lo que tu corazòn declara.
A mì me gusta invocar al presente, no ir al pasado, porque el pasado es eso PASADO y es como revolver en la basura.
No se encuentra un por què digno al recibir de parte de otro un desprecio, cuando hemos actuado atravès del amor. Es que entorpece nuestro actuar y nos quita la energìa, haciendo que la fuerza del espìritu se declare en huelga.
En tiempos en que la alegrìa cursaba en mi espìritu aventurero, daba saltos de felicidad al encontrar en todos la vida reciclada una y otra vez. En cada uno veía al alma, no a la persona, pero llegò el dìa en que ellos me hicieron sentir mi parte humana y sucumbì. Por eso, no me gusta releer lo ya leido, no me gusta visitar los mismos lugares, ni hablar de las mismas cosas, solo quiero ser yo otra vez olvidando lo que me lastima, para poder recibir lo nuevo y discretamente apartarme de lo que me hace mal. Pero los recuerdos de los malos amigos que vieron en mì a un enemigo y que se declararon inocentes sin poder “arrojar la primera piedra”, son los que hicieron de mì algo viejo y desgastado.
Deseosa de paz y libertad en el espìritu, me he dedicado a perdonar y a perdonarme sin dar demasiadas razones para ello, solo con el deseo de estar consolidada y resguardada, sin esperar que asì lo hagan los otros, y si ellos no lo hacen ya no es asunto mìo, solo busco vivir mi vida y disfrutarla cada dìa apartando de mì todo lo que me hace daño.
No siempre se logra lo que se propone, yo espero haber logrado, al menos, hacer sentir en los demàs mi humilde chispa de amor, aunque algunos piensen que solo es un sentir diferente. Creo que hay momentos en que las personas dejan su espìritu de lado y solo llevan consigo su mente, y a razòn de usarla es que no sienten el vibrar de la energìa que conjuga el poder con el amor.
Kamilo me dijo un dìa:
Yo soy el que soy, y tu eres quien eres, sin olvidar lo que fuimos. Èse es el sentir del espìritu que vuelve a saciar su sed de amor y jerarquìa en los tiempos que corren tan a prisa que no solo no podermos imaginarlo, sino que tampoco podemos igualarlos con la naturaleza humana. ¿Quién puede ver lo que sucede entonces en las personas? Ellas mismas. Pero, en el espìritu solo lo pueden ver los que manejan ese idioma. No todos estàn preparados para asumir lo que son, solamente los limpios de alma, los que sensiblemente son, a los ojos del Señor, un arma de conciliación y bienestar.
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