martes, 20 de septiembre de 2011

Poesía: Ceniza y trigo



Canta la noche tu rostro de almíbar
en mis pechos que se sueltan
en tus manos.

Se siente la alegría
de mi vientre
cuando te acercas
y me tocas.

¡Ay! ¡Que me dices!
Que no sé de amores
ni sueños incumplidos.

Que el mar se muestra manso
cuando el sol sale embravecido.
Que la nada puede ser todo,
en tu mirar enloquecido.
Que la flor es perfumada
siempre que me hablas al oído.

En cambio, yo
te cuido como a nadie.
En tus brazos soy
ceniza y trigo.
Y cuando tuve que marcharme
lo hice lento,
porque no quiero estar
lejos de tì, en tu olvido.

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