Llegaste a mi vida, amor
en tiempos en que deseaba
perder el fuerte temor
que la soledad me causaba.
Con vos llegaron los besos
los deseos tan temidos.
La desazón y el hastío
fueron cosas del pasado!
Con vos el equilibrio,
la madurez, la templanza.
el sosiego, la esperanza,
un futuro prometido.
Los años nos dieron niños
OH, Dios! Que bendición!
Y a pesar de la desazón
que nos dan los años perdidos
no hallaré ni voz
ni trino con que pagarte tu amor.
En este país hermoso
decidimos creer
y aunque pueda parecer
que nos encontramos vacíos
es ésta, tierra de hastíos
y creímos una vez en ella
es asì que nuestra estrella
nos alumbra cada dìa.
Hoy la vida nos regala
una nieta, la primera,
y el tiempo quiera, quizás,
que el encuentro se realice
y en su mirar las cicatrices
ya se vean bien curadas.
Y apoyemos en su almohada
su cabecita con un beso
que nos traiga el regreso
de días plenos de dicha.
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